Somos muy jóvenes aun... Siempre nos dicen eso, pero hay una vida que llevamos la mayor parte recorrida: la vida de estudiante. Apenas 6 años y ya empezamos. Muchos incluso antes, con 3 ya están jugando, aprendiendo los colores, los números, y a relacionarse con otros niños. Han pasado ya muchos años y con ellos hemos vivido miles de emociones. Mis grandes amigos los conocí estudiando. Mis mayores ídolos han sido algunos de mis profesores, que me han llenado de tanta sabiduría y sobre todo me han despertado. Me han enseñado que hay un mundo lleno de enigmas que descifrar, cosas que aprender, que experimentar. También han habido sus malos momentos, por qué negarlo. Pero también ellos llevan en sí mis mayores enseñanzas. Han habido risas, abrazos, aunque también hemos llorado y sufrido. Juntos nos hemos compartido todo lo que somos. Nos hemos dejado la piel unos por los otros. Aun nos queda mucho camino por recorrer. Magníficas personas por descubrir. Conocimientos que atesorar. A ninguno nos falta ambiciones, unos las saben y otros no, pero todos tenemos las mismas ganas de comernos el mundo. La única forma que tenemos es la de vivir cada etapa de nuestras vidas y hacerlo de la mejor forma posible. La vida de estudiante es de las etapas más bellas, ya podemos decir eso porque tenemos recuerdos y experiencias que nos lo demuestran. Nuestra meta: seguir adelante. No bajar nunca la cabeza y saber salir lo mejor posible de aquellas situaciones que no sean las esperadas. Porque está en nuestra mano cambiar lo que no nos guste y salir invictos.
